Introducción: Tal Ben-Shahar es un profesor y escritor norteamericano e israelí especializado en Harvard en la ciencia de la felicidad.
El libro tiene 218 páginas, la primera edición es de 2011 y está publicado por Alienta editorial.
¿Cómo está estructurado el libro? Tiene 3 grandes bloques; en un primera parte de teoría el autor describe los comportamientos perfeccionistas y las consecuencias que tienen. La segunda parte trata sobre las aplicaciones en la educación, el trabajo y el amor, y una última parte tiene una serie de reflexiones y ejercicios que nos pueden ayudar a mejorar nuestra parte optimalista.
¿Qué nos puede aportar este libro? Contiene un mensaje realmente interesante sobre la definición del perfeccionismo y cómo éste puede dañar la felicidad de las personas. La antítesis al perfeccionismo es el optimalismo, un comportamiento que siendo igual de exigente acepta la condición humana y nos permite aceptarnos y aprender de los errores (en lugar de negarlos).
¿Cuáles son los mensajes más importantes? Las personas perfeccionistas se pueden definir como aquellas cuyas expectativas son demasiado altas o irracionales, aquellos que se esfuerzan compulsiva e irremediablemente por conseguir objetivos imposibles y que miden su valía personal en términos de su productividad y sus éxitos.
Recientemente se ha comenzado a considerar el perfeccionismo como algo más complejo y que es beneficioso en ciertos sentidos a través de la motivación del trabajo duro y de los objetivos personales ambiciosos.
Por lo tanto cabe la posibilidad de diferenciar dos tipos de perfeccionismo; un perfeccionismo positivo que es adaptativo y saludable que se llama optimalismo y un perfeccionismo negativo, inadaptable y neurótico al que el autor se refiere como el perfeccionismo.
Es importante destacar que no existe nadie que sea completamente perfeccionista o completamente optimalista y todos nos movemos entre esos dos extremos, y dependiendo de la actividad que se trate tendremos diferentes comportamientos.
Tampoco tienen porque diferir sus aspiraciones y propósitos, la diferencia radica en cómo cada uno aborda el proceso de conseguir esos objetivos.
A lo largo de la primera sección del libro el autor afronta las diferentes formas en las que los perfeccionistas y optimistas afrontan el fracaso las emociones el éxito y la realidad.
Aceptar el fracaso: La principal característica del perfeccionista es su miedo al fracaso, al optimalista sin embargo no le gusta fracasar pero lo ve como una oportunidad de mejora si tiene información suficiente.
Ese miedo al fracaso provoca que el perfeccionista se concentre solamente en el destino ( sin disfrutar del trayecto ni de los logros) y que adquieran una mentalidad de todo o nada creando diferentes consecuencias tales como una autoestima baja, depresión o desórdenes alimentarios.
Aceptar las emociones: El perfeccionista no puede permitirse un estado emocional diferente al que cree que debe tener, sin embargo el optimalista acepta que es normal tener unos niveles diferentes de emociones con sus altibajos. Suprimir estas emociones puede tener un coste muy elevado, hasta el punto que puede crear desórdenes de ansiedad por tratar insistentemente de evitar unos pensamientos que serán más recurrentes por el simple hecho de tratar de evitarlos.
El proceso de aceptar las emociones debe ser algo natural y debemos permitirnos sentir de diferentes maneras y entender que forma parte de nuestra condición humana si queremos llevar una vida saludable.
Aceptar el éxito: En la mentalidad del perfeccionista apenas existe tiempo para las celebraciones. Apenas ha conseguido un objetivo tiene que ponerse en marcha para alcanzar el siguiente, lo que le lleva a una profunda frustración (a pesar de que pueda ser visto como una persona exitosa).
El optimalista se propone metas que le supongan retos, y que le hagan mejorar pero es capaz de apreciar su situación así como de alcanzar un compromiso en diferentes áreas de su vida que le permitan alcanzar el éxito según sus expectativas sin tener que renunciar por completo a otros aspectos fundamentales como la familia o la pareja.
Aceptar la realidad: La visión platónica nos invita a ver las cosas tal y como serían en su perfección mientras que la visión aristotélica sugiere apreciar las cosas tal y como son en la realidad. Aceptar la realidad de uno mismo, con sus virtudes y sus defectos es lo que hace que el optimalista pueda disfrutar de una vida plena, no teniendo que verse sometido a la tensión de una vida que debe ser perfecta en todas sus magnitudes.
La segunda parte del libro trata sobre las aplicaciones:
Educación para el optimalismo: Hay dos comportamientos que pueden guiar a nuestros hijos hacia un comportamiento perfeccionista; por una parte una exigencia desmesurada con una insatisfacción permanente por parte de los padres, y por otra parte y debido a una carencia de atención una serie de refuerzos incondicionales con un exceso de refuerzos positivos. En este aspecto, dejar a los niños en libertad dentro de un entorno seguro (como ejemplo el método Montessori) es la mejor manera de desarrollar un comportamiento optimalista.
Trabajo optimalista: Todos los caminos de los mejores en sus sectores seguro han estado poblados por algunos fracasos, el hecho de intentar llevar una carrera según algunos modelos puede resultar muy frustrante al no permitirnos cometer ningún error. Queda demostrado que en los entornos de trabajo en los que no se castigan los errores aunque se hace énfasis en aprender de ellos resultan mucho más productivos.
Amor optimalista: El hecho de entender el amor como algo perfecto, sin dar lugar a que la pareja tenga algunos defectos que se deben aceptar puede provocar que las relaciones terminen de una forma prematura y que las personas perfeccionistas puedan atravesar varias relaciones sin encontrar a la persona que creen que se puede considerar perfecta.
¿Cómo es la lectura? El ritmo de la lectura y el nivel conceptual del libro se mantiene constante. Desde el primer momento el autor expone sus teorías por lo que es sencillo seguir el desarrollo; además está muy bien escrito y lleno de historias que amenizan el relato.
¿Por qué debería leer este libro? Dado que todas las personas somos en cierto grado optimalistas y en cierto grado perfeccionistas, resulta una lectura muy reveladora para todos aquellos que quieran evaluarse dado que puede ser que nos ayude a descubrir zonas interiores en las que el desarrollo que propone el autor nos ayude a incrementar nuestra felicidad.
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