Introducción: Clayton M. Christensen es profesor de Administración de Empresas en Harvard y uno de los mayores expertos en innovación a nivel mundial.
Ha sido galardonado con el primer premio del prestigioso Thinkers50 como la persona más relevante en pensamiento económico.
El libro en la edición en castellano tiene 365 páginas y está publicado en 1999 por ediciones Juan Garnica. Esta edición está descatalogada aunque se puede encontrar en bibliotecas.
La edición original es de 1997, tiene 252 páginas y está editada por Harvard University Press.
¿Cómo está estructurado el libro? Tiene 2 grandes bloques y una introducción muy buena de 25 páginas en la que comienza introduciendo las teorías que se van a desarrollar.
El primer bloque utiliza los ejemplos de la industria de las unidades de disco, de máquinas excavadoras y de minilaminadores de acero para explicar los motivos por los que las grandes empresas pueden fracasar cuando se enfrentan a innovaciones radicales.
El segundo bloque desgrana con mayor profundidad los motivos de fracaso y propone alternativas empresariales para gestionar la innovación; los ejemplos se amplían a empresas como Apple, Honda o HP, que en casos concretos no consiguieron llevar sus innovaciones al mercado de la forma que hubieran deseado.
¿Qué nos puede aportar este libro? A través de los ejemplos y de las teorías desarrolladas consigue ser un excelente manual de innovación. Con su lectura vamos a aprender que las estrategias de innovación deben ser muy diferentes cuando nos referimos a innovaciones sostenidas o incrementales a cuando tratamos con tecnologías de punta que llevan a innovaciones radicales.
¿Cuáles son los mensajes más importantes? Durante las últimas décadas se han observado multitud de casos empresariales en los que las empresas que fueron líderes no saben responder ante un cambio tecnológico disruptivo en su negocio. Lo primero que el autor se pregunta es si la gestión de estas empresas fue deficiente y eso les llevó a perder su posición de liderazgo.
Curiosamente en muchos casos estas mismas empresas fueron las que con sus innovaciones consiguieron desplazar a otras anteriormente en sus mercados, pero se posicionan estratégicamente exactamente igual que aquellas que fueron expulsadas.
Sorprendentemente todas las empresas analizadas eran empresas excelentes con una gestión excepcional y una relación con sus clientes extraordinaria. ¿Por qué fracasaron entonces? Según el estudio de Clayton M. Christensen los motivos son los siguientes:
Las empresas dependen de sus clientes e inversores para obtener sus recursos, lo cual es magnífico en un entorno de desarrollo de innovación incremental, pero debido a esta dependencia es imposible derivar recursos al desarrollo de tecnologías de punta cuyo resultado es absolutamente incierto. Además se crean estructuras empresariales en muchas ocasiones en función de los productos que se venden por lo que añade una rigidez que les imposibilita reorganizarse de una manera competitiva ante las innovaciones radicales. La recomendación en este caso es crear una organización independiente en la que se puedan manejar las prioridades correctamente para el desarrollo de tecnología disruptiva.
Los mercados pequeños no resuelven las necesidades de crecimiento en las empresas grandes por lo que éstas son muy poco proclives a invertir en nuevas tecnologías que deben comenzar a desarrollarse desde un punto inicial de ventas muy bajas. Además los universos de valor pueden ser muy diferentes (las empresas cada vez se mueven en mayores universos de valor y no pueden bajar), y las grandes empresas no quieren reducir sus rentabilidades en ninguna operación lo que les lleva a descartar las innovaciones radicales.
No se pueden analizar mercados que aún no existen: Las grandes corporaciones necesitan escuchar a sus clientes y realizar planes de marketing para lograr mejoras sostenidas, necesitan trabajar en un entorno cierto pero en las innovaciones radicales los mercados todavía no existen y no se conoce qué posibles aplicaciones pueden tener las nuevas tecnologías. Como las empresas grandes renuncian a estos mercados, dejan la puerta abierta a pequeñas empresas que desarrollarán tecnologías punteras y les encontrarán aplicaciones que les posibilitará el avance de investigación hasta que consiga ser muy competitiva. Además se demuestra que si bien en las tecnologías de sostenimiento o incrementales no es vital el orden de llegada al mercado en las tecnologías punteras es vital conseguir el liderazgo en el orden de llegada (si una gran empresa llega tarde las consecuencias son nefastas). Una organización pequeña debe tener una actitud de aprendizaje de modo que esté dispuesta (económicamente) a fallar en varias ocasiones sin que le suponga la quiebra.
La provisión de tecnologías puede no ser igual que la demanda del mercado: Se da la circunstancia de que llega un momento en el que las empresas ofrecen productos sobredimensionados a las necesidades de los clientes lo que deja vía libre para la aparición de pequeñas empresas que son capaces de cumplir con los deseos del cliente en una estructura de costes muy inferior (como ejemplo tenemos aquellas marcas de coches que han sido subiendo prestaciones y dejando hueco a fabricantes con propuestas más económicas). El orden de requerimientos del cliente es desempeño, confiabilidad, conveniencia y precio.
¿Cómo es la lectura? El libro engancha desde el primer momento, no tiene ninguna parte en la que pierda interés. Los ejemplos están muy bien documentados y se agradecen mucho.
¿Por qué debería leer este libro? El libro es una joya, de los mejores libros de empresa que existen por lo que es más que recomendable para quien tenga alguna inquietud empresarial. Para Managers, CEOs, o personas que tengan que gestionar los desarrollos de productos es imprescindible.
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