Introducción: Jeff Sutherland es un consultor y ejecutivo norteamericano, y uno de los fundadores de la metodología de desarrollo ágil Scrum.
El libro tiene 308 páginas, publicado por Planeta y la primera edición es de 2014.
El nombre de Scrum tiene su origen en el rugby y se refiere a la melé donde la pelota se la pasan de unos a otros en el equipo mientras avanzan como una unidad por el campo.
¿Cómo está estructurado el libro? Tiene 9 capítulos de una longitud y estructura muy similar. Al final de cada capítulo hay un resumen muy breve pero que está muy bien hecho y es muy útil para el repaso.
¿Qué nos puede aportar este libro? Leyendo este libro podemos iniciarnos en una metodología de desarrollo de proyectos que se inició en el entorno del software pero que se ha ido aplicando con el mismo éxito en diferentes materias y que además puede ayudar a mejorar la creatividad e innovación en los equipos.
El autor desarrolla conceptos basados en la filosofía Toyota tales como la importancia de evitar el desperdicio o de la autonomía de los empleados.
¿Cuáles son los mensajes más importantes? El libro comienza describiendo los inconvenientes de los proyectos tradicionales con planificación en cascada, especialmente por lo difícil que resulta realizar cambios durante el desarrollo lo cual es muy habitual en proyectos informáticos.
La esencia del Scrum consiste en crear el producto mínimo viable que aporta valor al cliente (bajo la máxima que el 80% del valor reside en el 20% de las acciones). La idea es tener un prototipo que nos permita evaluar si vamos por el buen camino, y cuáles son las siguientes acciones que aportan mayor valor. Se realizan sucesivas iteraciones hasta que se consigue el producto que quiere el cliente.
En el Scrum el protagonismo se vuelca en los equipos por lo que están mucho más involucrados (se analizan los conceptos de trascendencia, autonomía y un capítulo entero dedicado a la importancia de la felicidad); en pizarras se apuntan las acciones necesarias para lograr la siguiente fase del producto. Estas acciones se valoran por la carga de trabajo que suponen (no por el tiempo), utilizando como escala la sucesión de Fibonacci (resulta más sencillo dimensionar así el tamaño de las tareas).
Una vez que están las tareas analizadas (y se han priorizado por el responsable del producto) cada miembro del equipo elige las que cree que va a poder llevar a cabo, y comienza el sprint que tiene como duración máxima un mes y que debe concluir con la finalización de todas las tareas y la creación del producto mínimo viable.
A lo largo del sprint las tareas van cambiando de estado y van pasando del estado pendiente (backlog) al estado En Curso, para finalizar en el estado Hecho.
Hay dos actividades trascendentales durante el sprint; la primera es conocer nuestra velocidad. Como hemos realizado la escala del tamaño de las tareas, sabemos cada día que trabajamos qué tamaño de tareas hemos realizado. La otra actividad son las reuniones diarias donde el Scrum Master pregunta a todos los miembros del equipo en una breve reunión diaria por el desarrollo de sus tareas y qué necesitan para poder tener éxito en ellas.
Después del sprint se plantean tres preguntas fundamentales en Scrum:
¿Qué cosas han ido bien?
¿Qué cosas podían haber ido mejor?
¿Qué obstáculos existen para que las cosas salgan mejor?
¿Cómo es la lectura? La lectura es amena y ligera, el libro no es muy técnico y la narrativa contiene muchas historias que hacen que los conceptos se asimilen mejor. Los capítulos tienen una longitud adecuada.
¿Por qué debería leer este libro? Es muy recomendable para cualquier directivo ya que no solamente aporta una nueva metodología sino además conceptos muy valiosos de innovación y liderazgo. En el libro hay ejemplos de aplicación de Scrum incluso para una boda por lo que también es valioso para proyectos personales.
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